Este artículo ha sido publicado
en Mundo ganadero. 169: 60-62. 2004 Gadea J.
Introducción
En la actualidad, la inseminación artificial porcina es una técnica
reproductiva de amplia aplicación en todo el mundo desarrollado. Sin
embargo, el grado de utilización en los diversos países es muy
variable. En los países europeos de nuestro entorno, la aplicación
de la inseminación artificial es muy elevada, superando en muchos países
el 80% de las reproductoras (Holanda, Francia, Alemania, España, Noruega,
Finlandia, etc.). Por el contrario, en los Estados Unidos el porcentaje de utilización
de la inseminación artificial es aún reducido (del orden del 50%),
aunque en los últimos años se ha producido un incremento muy destacable.
Según las últimas estimaciones, la práctica totalidad de
las inseminaciones (99%) se realiza con semen refrigerado a 15–20ºC
(Johnson et al., 2000).
El uso de semen congelado queda hoy día limitado a casos muy específicos,
o bien asociado a la introducción en las explotaciones de nuevo material
genético de alto valor para inseminar determinados animales puros en
las granjas de selección, o bien asociados a labores de investigación.
Sin embargo, el uso de semen congelado puede hoy en día aportar ciertas
ventajas sobre el semen refrigerado como son el transporte a largas distancias
o la conservación durante un tiempo muy prolongado (años) con
unos resultados productivos que progresivamente mejoran y se acercan a los obtenidos
con semen refrigerado.
Este artículo tiene como objetivo revisar, a la luz de las últimas
investigaciones, la aplicación que puede tener en condiciones comerciales
el semen congelado, analizando las ventajas y limitaciones que esta técnica
presenta.
Desarrollo histórico
En el año 1949 el equipo del Dr. C. Polge en Cambridge (Reino Unido)
usa por primera vez con éxito el glicerol como agente crioprotector para
congelar espermatozoides. Este hecho supuso un espectacular desarrollo de los
sistemas de congelación de todos los tipos de células y la paulatina
implantación del uso de semen congelado en la inseminación artificial
bovina. Técnicamente la congelación de semen bovino se ha mantenido
básicamente en condiciones muy parecidas a las iniciales hasta nuestros
días y ha sido la base para las grandes mejoras productivas en las razas
lecheras como herramienta fundamental en la difusión genética
de los caracteres productivos.
Por el contrario, en la especie porcina la aplicación inicial de las
técnicas de congelación espermática no se obtuvo el éxito
esperado. Y no es hasta 20 años después, en 1970 también
en Cambridge, cuando obtienen las primeras camadas a partir de semen congelado
mediante la deposición del mismo a nivel uterino mediante una intervención
quirúrgica (laparotomía) (Polge et al., 1970). En estos trabajos
está implicado el mismo Polge, junto a Salomon e Ian Wilmut (que posteriormente
se hará mundialmente famoso como creador de la oveja clónica Dolly).
Un año después, en 1971 se obtienen las primeras camadas con inseminación
cervical mediante el uso de catéteres de inseminación en diferentes
laboratorios (Crabo y Einarsson, 1971; Pursel y Johnson, 1971; Graham et al.,
1971).
Se produce un cambio radical cuando en el mismo año 1975, en Estados
Unidos (Pursel y Johnson, 1975) y en Alemania (Westerndorf et al., 1975) se
desarrollan dos métodos de congelación que pueden ser aplicados
a nivel comercial y que en esencia son los que se continúan utilizando
hoy en día. Ambos métodos utilizan diluyentes que están
basados en la utilización de la yema de huevo y glicerol como agentes
crioprotectores, una concentración elevada de azúcares y la adición
de un agente detergente (Orvus et paste).
El método alemán (Westerndorf et al., 1975) utiliza un medio
que consta de lactosa (11%) y yema de huevo (20%) y envasa las muestras seminales
en pajuelas de 5 ml. Mientras que el método americano Beltsville descrito
por Pursel y Johnson (1975) utiliza el medio denominado BF-5 (Beltsville freezing
– 5), en cuya composición se incluye glucosa, yema de huevo y Tris
como agente regulador del pH, y las muestras seminales se colocan sobre nieve
carbónica para congelarse en forma de píldoras (pellets) de un
centenar de microlitros.
El método alemán es el que ha perdurado con ciertas modificaciones
como el uso de pajuelas de menor volumen (0.5 ml) o ajustes en las condiciones
de adición del glicerol (Almid et al., 1988) y es el más frecuentemente
empleado en la actualidad.
Durante la década de los 90 se mejoraron las condiciones del proceso
de congelación con el estudio de nuevos envases, curvas de congelación,
etc. En este periodo la Facultad de Veterinaria de Upssala en Suecia ha sido
un referente mundial, con los trabajos dirigidos por el profesor Rodríguez-Martínez.
En esta misma década se realizaron importantes estudios sobre las bases
de la crioconservación y las particularidades del proceso en la especie
porcina, donde destacan los trabajos de los británicos PF Watson y WV.
Holt.
Ventajas de la inseminación artificial y del uso del semen congelado
La inseminación artificial como técnica reproductiva aporta una
serie de ventajas, entre las que se encuentran:
- La amplia difusión del material genético del verraco seleccionado
que alcanza para inseminar un mayor número de hembras.
- Mejoras sanitarias en la explotación, al evitar el contacto directo
macho-hembras por lo que se impide la transmisión de enfermedades por
vía venérea y por contacto.
- Se evalúa continuamente la capacidad de producir espermatozoides
de calidad suficiente para asegurar la fecundación.
- Supone de forma indirecta mejorar el control de los resultados reproductivos
de la explotación.
- Reducción en el número de verracos por hembra, con la consiguiente
reducción en costes de adquisición, alojamiento, alimentación,
etc. Ese dinero ahorrado puede ser destinado a la compra de verracos de mejor
calidad genética.
Pero la utilización de semen congelado en el sistema de inseminación
puede ofrecer unas ventajas adicionales:
- Permite el intercambio de material genético a larga distancia y
durante un periodo muy largo (años). Este periodo de tiempo puede ser
crucial para efectuar un control sanitario o genético del semen/verraco
antes de su uso. Eso es posible hoy con el diagnóstico de enfermedades
infecciosas basado en el estudio de la presencia de ADN del agente infeccioso
mediante técnicas de PCR (Reacción de polimerasa en cadena)
y el desarrollo de marcadores genéticos asociados a la producción
es un proceso creciente.
- Creación de bancos genéticos. De interés evidente
en el caso de la conservación de razas en peligro de extinción
(un claro ejemplo es el notable trabajo desarrollado por el Dr. Poto del Instituto
Murciano de Investigación Agroalimentaria en la conservación
del Chato murciano) y de grandes posibilidades para la conservación
de líneas o extirpes de especial interés.
- Estos bancos de genes también pueden ser importantes a nivel comercial
por ejemplo para asegurar la conservación de líneas genéticas
valiosas ante posibles situaciones desfavorables (epizootía, incapacidad
para recogida, infertilidad/subfertilidad por altas temperaturas, etc).
- A nivel práctico permite el introducir material genético
de alto valor sin los riesgos derivados de la introducción de nuevos
animales en la explotación. Especialmente aplicable a la líneas
puras (abuelas).
Limitaciones del uso semen de congelado
El proceso de congelación/descongelación provoca lesiones en
cualquier tipo de célula, pero los espermatozoides son especialmente
sensibles a las bajas temperaturas, sufriendo el proceso que se denomina “choque
por frío”. Las particularidades que presenta el espermatozoide
porcino hace que sea muy sensible al choque por frío (Pursel et al.,
1973), que produce una alteración de funcionalidad de la membrana espermática
y la viabilidad celular se ve comprometida. Estas alteraciones del espermatozoide
suponen que la vida media del mismo se ve acortada, es decir, se reduce el tiempo
en el cual el espermatozoide puede ser fértil. De tal manera que al usarse
en inseminación artificial se obtenían resultados inferiores a
los obtenidos con semen refrigerado como el clásico trabajo de Johnson
et al. de 1985. En él, se concluía que la fertilidad del semen
congelado era sensiblemente menor a la obtenida con semen refrigerado y que
podría estimarse en una reducción media del 20% en la tasa de
partos.
La reducción en el rendimiento reproductivo ha sido el gran limitante
de esta técnica. Sin embargo, en los últimos años se ha
realizado un gran esfuerzo para mejorar la fertilidad del semen congelado en
inseminación artificial obteniéndose resultados a nivel comercial
muy prometedores (Thilmant 1998, Gadea et al., 2001; Ericksson et al., 2002;
Ruiz et al., 2002; Sellés et al., 2003) que suponen tasas de partos por
encima del 70% y para algunos machos por encima del 80%. Por tanto, hoy en día
con estos resultados sería conveniente evaluar si es rentable comercialmente
el uso del semen congelado para determinadas aplicaciones, como el uso para
las razas en pureza. En cualquier caso debemos desterrar la idea muy difundida
entre el sector que afirma que los espermatozoides porcinos no se pueden congelar
de forma adecuada y su uso no permite unos rendimientos reproductivos adecuados
porque, sencillamente, no es cierta. Esta misma idea incierta se difunde en
sentido contrario cuando hacemos referencia al semen congelado en el ganado
vacuno de leche, donde la mayor parte de la inseminación artificial se
realiza con semen congelado, cuando la fertilidad obtenida no supera en el mejor
de los casos el 70%.
La utilidad fundamental de esta técnica está asociada a la incorporación
de genética de alto valor a nuestra explotación (para razas en
pureza, abuelas y bisabuelas). Por tanto los rendimientos reproductivos obtenidos,
sin dejar de ser importantes, son secundarios a la consecución del objetivo
primario que es la mejora genética de nuestra explotación porcina.
Desgraciadamente este uso tan claramente rentable en la actualidad no se está
aprovechando quizás debido a un problema en la transferencia de la tecnología
al sector.
Téngase en consideración que si existiera una red de distribución
de semen congelado adecuado, que produjera dosis seminales congeladas procedentes
de animales de valor genético de excelencia y de calidad seminal suficiente.
El ganadero únicamente debería mantener su dosis en un tanque
de nitrógeno líquido (tal como hace el ganadero de vacuno lechero)
y en el momento adecuado descongelar la muestra sobre un diluyente simple (por
ejemplo BTS) y proceder a la inseminación en unas condiciones similares
a las del semen refrigerado. El coste adicional de este proceso (en ningún
caso elevado) sería fácilmente contrarrestado por las mejoras
productivas consecuencia de la introducción en la explotación
de material genético mejorante, y no directamente de la fertilidad obtenida
en la utilización del semen congelado.
En cualquier caso es posible mejorar los rendimientos reproductivos con semen
congelado, permitiendo ampliar su uso a distintas situaciones donde el rendimiento
y ventajas superen a las limitaciones. Las vías de mejora han ido dirigidas
a optimizar los sistemas de congelación para obtener una calidad seminal
aceptable tras la descongelación (nuevos procedimientos de congelación,
diluyentes, aditivos, envases, etc.). Pero todavía hay algunos aspectos
que pueden mejorar sensiblemente.
Amplia variabilidad entre verracos
La selección de verracos ha sido basada hasta el momento en los rendimientos
productivos que éstos ofrecen en la descendencia (índices de crecimiento
y conversión, conformación, calidad de canal), cubriendo unos
mínimos de calidad seminal que aseguren un rendimiento reproductivo adecuado.
Sin embargo, hasta el momento no se ha realizado una verdadera selección
de reproductores por su capacidad de congelación como previamente se
ha realizado en el vacuno de leche.
En numerosos estudios se han descrito grandes diferencias en la capacidad de
congelación que presentan los espermatozoides de machos diferentes (revisado
por Johnson, 1985), que afectan tanto a la viabilidad de los espermatozoides
tras la descongelación como a la fertilidad in vivo (Johnson et al.,
1981). De manera tradicional los machos han sido clasificados como “buenos
congeladores” o “malos congeladores” (Medrano et al., 2002).
Hasta hace muy poco no se sabía nada sobre las posibles causas de esta
variabilidad, de manera que la única solución viable es la de
optimizar los procesos de congelación para reducir al máximo la
variabilidad y descartar aquellos machos realmente malos congeladores (Gadea
y cols, 2003). Recientemente se han encontrado los principios de una base genética
que justifique estas diferencias (Thurston et al., 2002). Un apasionante nuevo
campo de estudio se abre para los próximos años, cuando sea posible
detectar mediante el uso de un marcador genético aquellos verracos con
mayor capacidad de congelación espermática.
Coste de las dosis seminales congeladas
Uno de los problemas a solucionar es el mayor coste que presentan las muestras
seminales congeladas. Esto es debido a diversas causas:
a. El número de espermatozoides por dosis es sensiblemente
mayor en el caso de semen congelado frente al refrigerado para asegurar unos
buenos resultados reproductivos. Se usan dosis de 5-6 x 109 espermatozoides
cuando en refrigerado es de 2-3 x 109. De esta manera, de un eyaculado sólo
podemos producir la mitad de dosis que en el uso común.
b. La producción de las dosis es más costosa
en tiempo y materiales. Además requiere un equipamiento sofisticado y
costoso que sólo es rentable si la producción de dosis congeladas
es elevada.
c. El mantenimiento de las dosis en tanques de nitrógeno
líquido de las muestras seminales es costoso ya que se necesitan varias
pajuelas por inseminación, de manera que el consumo de nitrógeno
líquido es importante.
En la actualidad, se está haciendo un esfuerzo en reducir el número
de espermatozoides por dosis, que así mismo supondría reducir
significativamente el coste de producción y mantenimiento, para ello
hay abiertas diversas líneas de actuación:
a. Mejorar los procesos de congelación, para que haya
una proporción mayor de espermatozoides viables en el momento de la inseminación.
b. Sincronizar mejor el momento de la ovulación de la
cerda con el momento de inseminación de tal manera que aseguremos el
encuentro del mayor número de espermatozoides viables con los ovocitos
recién ovulados (Larson, 1976). Esto implica, o bien, el empleo de diagnósticos
de ovulación mediante el uso de ecografía por vía rectal
o transabdominal (Knox y Zas, 2001), o bien, la utilización de protocolos
de sincronización de la ovulación con tratamientos hormonales
(de Rensis et al., 2003).
c. Utilización de inseminaciones intrauterinas profundas
que permitan reducir el número de espermatozoides por dosis (Roca et
al., 2003).
Por nuestra parte, el equipo de investigación Fisiología de la
Reproducción de la Universidad de Murcia comenzó a trabajar en
congelación de espermatozoides porcinos en el año 1996, gracias
a la financiación obtenida en la Comisión Interministerial de
Ciencia y Tecnología. En los inicios el objetivo fue la puesta a punto
de los sistemas de congelación con una tecnología muy rudimentaria
y la aplicación a la conservación de material genético
de alto valor tanto de razas en peligro de extinción como el Chato Murciano
(Peinado et al., 1998) y animales de razas comerciales. En esa primera etapa,
se pusieron a punto los protocolos de congelación, se experimentó
con los diversos envases disponibles y se utilizaron nuevas técnicas
para evaluar la calidad del semen después de la descongelación.
Igualmente se puso a punto la técnica de fecundación in vitro
con espermatozoides congelados (Gadea et al., 1998ª y 1998b; Matás
et al., 2002), que por una parte permite producir embriones in vitro que tras
la correspondiente transferencia permita el nacimiento de lechones (Coy et al.,
2001). Por otra parte la fecundación in vitro es el sistema más
preciso para evaluar la capacidad fertilizante del semen congelado (Selles et
al., 2003).
Se han estudiado diversos factores que pueden mejorar la eficiencia de la técnica:
la curva de congelación con sistemas automatizados o biocongeladores
(Murgas et al., 2001; Ruiz et al., 2002), las condiciones optimas para la descongelación
(Sellés et al., 2003), las diferencias en la capacidad de congelación
de las diversas fracciones del eyaculado (Sellés et al., 2001), las condiciones
en las que se produce la inseminación (Ruiz et al., 2003), así
como el efecto de la estación, la línea genética y el verraco
en la capacidad de congelación (Gadea et al., 2003). Los resultados de
fertilidad del semen congelado a nivel comercial parecen muy prometedores obteniendo
tasas de partos superiores al 70% ya alcanzando para algunos verracos más
del 80% (Gadea et al., 2001; Ruiz et al., 2002 y 2003; Selles et al., 2003).
En los últimos tiempos nos hemos centrado en el estudio de las alteraciones
que produce la congelación en la célula espermática y,
especialmente, en la desestabilización que se produce durante la congelación
del sistema antioxidante del espermatozoide. Esta información sobre los
procesos básicos puede se vital para posteriormente aplicarla en el diseño
de nuevos protocolos y diluyentes que permitan minimizar el daño espermático.
El contenido de glutatión (principal agente antioxidante no enzimático)
se reduce durante el proceso de congelación (Gadea et al., 2004), así
como se alteran las proteínas de la membrana espermática (Gadea
et al., 2004). La adición de este glutatión en los diluyentes
hasta el momento no tiene un efecto claro, la aplicación en el medio
de congelación no parece tener un efecto positivo (Sellés et al.,
2003; Matás et al., 2004). Sin embargo, si hay una mejora al añadir
este compuesto en el medio de descongelación (Gadea et al., 2000 y 2004).
Igualmente estamos estudiando como se modifican las proteínas de la membrana
de los espermatozoides por el proceso de congelación (Marco y gadea,
2003; Gadea et al., 2004b) información que nos permitirá evaluar
si los nuevos procesos son más eficientes.
Esperamos poder seguir avanzando en el conocimiento en este campo para poder
transferir los resultados de nuestra investigación al sector productivo.
Conclusiones
El uso del semen congelado en la especie porcina no ha sido muy difundido hasta
el momento. Esta técnica aporta unas ventajas muy interesantes para el
sector y se dispone de la suficiente experiencia sobre el tema para poderla
aplicar de forma satisfactoria en unas determinadas situaciones en condiciones
de campo. Al mismo tiempo las investigaciones sobre este campo apuntan a una
mejora notable en los resultados reproductivos que permitirán un uso
más amplio en un futuro próximo
Referencias
1. Almlid T, Johnson LA. Effects of glycerol concentration, equilibration time
and temperature of glycerol addition on posthaw viability of boar spermatozoa
frozen in straws. J Anim Sci 66, 2899-2905. 1988.
2. Coy P, Gadea J, Romar R, Ruiz S, Sellés E, Matás C, Sieg B,
Rath D. Obtención de descendencia viva tras la fecundación in
vitro de ovocitos porcinos con espermatozoides crioconservados. ITEA 22: 802-804.
2001.
3. Crabo BG, Einarsson S. Fertility of deep frozen boar spermatozoa. Acta Vet
Scand 12: 125-127. 1971
4. De Rensis F, Benedetti S, Silva P, Kirkwood RN. Fertility of sows following
artificial insemination at a gonadotrophin-induced estrus coincident with weaning.
Anim Reprod Sci. 76:245-50. 2003
5. Eriksson BM, Petersson H, Rodriguez-Martinez H. Field fertility with exported
boar semen frozen in the new flatpack container. Theriogenology. 58:1065-79.
2002
6. Gadea J, Garcia-Vázquez F, Matás C. Changes in membrane sulfhydryl
status of boar spermatozoa by freezing. Reprod Fertil Dev. 16. 265-266. abstr.
2004.
7. Gadea J, Ruiz S, Coy P, Poto A, Peinado B, Romar R, Campos I, Zubillaga O.
Fecundación in vitro con semen congelado en la especie porcina. Arch
Zootec 47: 299-304. 1998.
8. Gadea J, Ruiz S, Coy P, Romar R, Campos I, Poto A, Peinado B, Sellés
E. Efecto del macho y de la presencia de células epiteliales del oviducto
porcino (POEC) sobre los resultados de la fecundación in vitro con semen
congelado. I Simposio Internacional de Biotecnologías Aplicadas en Reproducción
Animal. Pp: 128-133. Buenos Aires (Argentina). 1998.
9. Gadea J, Ruiz S, Sellés E, Marco Ma. Factores que afectan a la capacidad
de congelación del semen porcino. ITEA 24: 330-332. 2003.
10. Gadea J, Ruiz S, Sellés E, Romar R, Matás C, Coy P, Poto A,
Peinado B. El uso de la fecundación in vitro para la evaluación
de los sistemas de congelación de semen porcino. ITEA 22: 799-801. 2001.
11. Gadea J, Selles E, Marco Ma, Coy P, Matas C, Romar R, Ruiz S. Decrease in
glutathione content in boar sperm after cryopreservation. Effect of the addition
of reduced glutathione to the freezing and thawing extenders. Theriogenology.
2004.
12. Gadea J, Sellés E, Ruiz S, Coy P, Romar R, Matás C, Campos
I. Effect of the presence of glutathione in the thawing diluent on the penetrability
capacity of porcine oocytes in vitro. 14th International Congress on Animal
Reproduction (ICAR). Vol 2. P: 139. Estocolmo (Suecia). 2000.
13. Graham EF, Rajamannan AHJ, Schmehl MKL, Maki-Laurila M, Bower RE. Fertility
studies with frozen boar spermatozoa. AI Digest 19: 61. 1971.
14. Johnson L.A., Weitze K.F., Fiser P., Maxwell W.M.C. Storage of boar semen.
Anim. Reprod. Sci. 62, 143 –172. 2000
15. Johnson LA et al. Use of boar spermatozoa for artificial insemination. I.
Fertilizing capacity of fresh and frozen spermatozoa in sows on 36 farms J.
Anim. Sci. 52:1130-1136. 1981
16. Johnson LA. Fertility results using frozen boar spermatozoa. In. Johnson,
LA; Larsson (Eds) Deep Freezing Boar Semen. Proc. 1st Int Conf Deep Freezing
of Boar Semen SLU. Uppsala, pp 199-223. 1985
17. Knox RV, Zas SL. Factors influencing estrus and ovulation in weaned sows
as determined by transrectal ultrasound.J Anim Sci. 79:2957-63. 2001.
18. Larsson K. Fertility of deep frozen boar spermatozoa at various intervals
between insemination and induced ovulation. Influence of boars and thawing diluents.
Acta Vet. Scand. 17: 63-73. 1976.
19. Marco MA, Gadea J. Evaluation of membrane sulfhydryl status of boar spermatozoa
after cold shock. 5th International Conference on Boar Semen Preservation. Doorwerth.
The Netherlands. 2003.
20. Matás C, Gadea J, Garcia-Vázquez F, Gardón Jc, Canovas
S. Evaluation the addition of reduced glutathione to cooling medium on in vitro
fertility and acrosome reaction in boar spermatozoa. Reprod Fertil Dev.16: 175.
abstr. 2004
21. Matás C, Marco Ma, Gadea J. The effect of different treatments of
fresh and frozen semen on acrosome reaction. Reprod. Dom. Anim 37: 243. abstr.
2002.
22. Medrano A, Watson PF, Holt WV. Importance of cooling rate and animal variability
for boar sperm cryopreservation: insights from the cryomicroscope. ReproductionFeb;123:315-22.
2002.
23. Murgas Lsd, Sellés E, Gadea J, Ruiz S. Crioconservación espermática
en la especie porcina: estudio de dos sistemas de congelación con semen
heterospérmico. X Congresso Brasileiro da Associação Brasileira
de Veterinários Especialistas em Suínos (ABRAVES). P: 30. Brasil.
2001.
24. Peinado B, Poto A, Gadea J, Ruiz S. Estudios preliminares en la crioconservación
de espermatozoides porcinos de raza chato murciano. Arch Zootec 47: 305-310.
1998.
25. Polge C, Salamon S, Wilmut I. Fertilizing capacity of frozen boar semen
following surgical insemination. Vet Rec; 87: 424-428. 1970.
26. Polge C, Smith AU, Parkes AS. Revival of spermatozoa after vitrification
and dehydration at low temperatures. Nature (Lond.) 164:666. 1949
27. Pursel V.G., Johnson L.A.. Freezing of boar spermatozoa: fertilizing capacity
with concentrated semen and a new thawing procedure. J. Anim. Sci., 40, 99-102.
1975
28. Pursel VG, Johnson LA, Schulman LL. Effect of diluition seminal plasma e
incubation period on cold shock susceptibility of boar spermatozoa. J Anim Sci
37:528-531, 1973.
29. Pursel VG, Johnson LA. Procedure for the preservation of boar spermatozoa
by freezing. USDA ARS Bull 44-227, 1-5. 1971
30. Roca J, Carvajal G, Lucas X, Vazquez JM, Martinez EA. Fertility of weaned
sows after deep intrauterine insemination with a reduced number of frozen-thawed
spermatozoa. Theriogenology. 60:77-87. 2003.
31. Ruiz S, Gadea J, Poto A, Romar R, Coy P, Campos I, Peinado B, Zubillaga
O. Validación de crioprotectores en la congelación seminal porcina
mediante fecundación in vitro (FIV). II Congreso Ibérico de Reproducción
Animal. Pp: 382-384. Lugo (España). 1999.
32. Ruiz S, Gadea J, Sellés E, Marco Ma, Sansegundo M. Inseminación
con semen congelado porcino: deposición cervical e intrauterina. ITEA
24: 333-335. 2003.
33. Ruiz S, Selles E, Gadea J, Marco Ma, Murgas L. Effect of freezing rate on
boar semen frozen: preliminary results of AI. Theriogenology 57: 480 abstr.
2002.
34. Sellés E, Gadea J, Romar R, Matás C, Ruiz S. Analysis of in
vitro fertilizing capacity to evaluate the freezing procedures of boar semen
and to predict the subsequent fertility. Reprod Domest Anim 2003;38:66-72.
35. Selles E, Wallgren M, Gadea J, Ruiz S, Rodriguez-Martinez H. Sperm viability
and capacitation-like changes in fractions of boar semen after storage and freezing.
6th International Conference on Pig Reproduction. P:51. Columbia (Missouri-EEUU).
2001.
36. Thilmant T. 1998. Cryopreservation of boar semen in 0,5 ml french straws.
10th Meeting of A.I. Bruges. Belgium. pp 1-15.1998.
37. Thurston LM, Siggins K, Mileham AJ, Watson PF, Holt WV. Identification of
amplified restriction fragment length polymorphism markers linked to genes controlling
boar sperm viability following cryopreservation. Biol Reprod. 66:545-54. 2002.
38. Westendorf P, Richter L, Treu H. Zur tiefgefrierung von ebersperma: labor
und besamungsergebnisse mit dem Hulsenberger pailletten verfahren. Dtsch. Tieraztl.
Wschr., 82:261-267. 1975.
J. Gadea
Departamento Fisiología. Facultad de Veterinaria.
Universidad de Murcia