Los lechones son parcialmente inmunocompetentes desde el momento en que nacen, más concretamente desde el día 70 de gestación. Pero esta habilidad no está todavía completamente desarrollada y se muestra inmadura, a efectos prácticos, durante y después del parto. La completa protección del lechón se garantiza, por tanto, de 2 maneras:
El Calostro: la fuente más rica de inmunidad para los lechones
El calostro contiene una batería de células de defensa para ayudar a los lechones a sobrevivir. El nivel de inmunoglobulinas en el calostro es 60 veces superior al de la leche. Alrededor del 65-90% de estas inmunoglobulinas son del tipo IgG, las cuales proporcionan protección sistémica. La absorción de estas IgG por parte de los lechones no es selectiva, están presentes en el plasma de los lechones 2 horas después de la ingestión del calostro y alcanzan su punto álgido a las 12 horas. El perfil de inmunoglobulina del calostro depende de los antígenos a los que la madre está expuesta.
Durante la lactancia, las inmunoglobulinas IgG son progresivamente sustituidas por las IgA, cuya función es proteger la mucosa intestinal del lechón. Esto es especialmente interesante, ya que, durante este periodo el intestino es el órgano más vulnerable a varios patógenos como la Escherichia coli.
Dada la enorme complejidad de los factores que influyen en la generación y asimilación del calostro, el sector porcino ha implementado una serie de estrategias. Un ejemplo de estas estrategias es la de inmuno-adaptación en cerdas. Esto se consigue mediante la exposición controlada de las cerdas durante su desarrollo hasta que se convierten en madres para que se vuelvan capaces de reconocer los antígenos, produciendo anticuerpos en respuesta a los mismos, que luego son transferidos mediante el calostro. Las cerdas que son madres primerizas reciben vacunas para aclimatarlas al biosistema de la granja. Esta aclimatación continúa con otras vacunas durante el periodo de gestación con el objetivo de estimular la generación de anticuerpos que serán transferidos al recién nacido a través del calostro.
Objetivos de la vacunación de las cerdas: pasar el máximo de anticuerpos
Mientras que la E. coli es el principal problema con el que se encuentran las granjas en las cerdas reproductoras, este no es el único patógeno de los que se debe proteger al lechón. Los principales programas de vacunación dependen del tipo de patógeno y de la capacidad del anticuerpo generado para alcanzar el tejido objetivo del lechón donde el patógeno está actuando. Por lo tanto, dependiendo de la situación, las cerdas podrán requerir una doble o incluso triple vacunación y los lechones también necesitarán ser vacunados, aunque pueda haber una competición relativa (la llamada ‘Interferencia debida a la Inmunidad Materna’) entre la inmunidad materna pasiva y la generada por el lechón en sí.
La inmunidad generada por el lechón recién nacido puede estar parcialmente inhibida por la presencia de anticuerpos maternos en el calostro, puede que sólo se desarrolle posteriormente, o su desarrollo puede verse alterado. Esta situación genera un dilema para los veterinarios: ¿Hasta dónde deberíamos llegar en la protección del calostro? Precisamente debido a este dilema, la evaluación del contenido de anticuerpos en el suero en los primeros años de vida del lechón, junto con una estimación del grado en el que estos anticuerpos desaparecen, puede ayudar a identificar correctamente el momento más apropiado para la primera vacunación.
No obstante, el objetivo último está claro: Es vital incrementar el número de anticuerpos del plasma en la sangre de la cerda y transmitirlos al calostro. El nivel de anticuerpos en el lechón es proporcional al nivel de anticuerpos en el calostro, y la supervivencia del lechón está directamente relacionada con esto. Esta es la única manera de maximizar la protección del animal cuando está expuesto a patógenos.
Estimulando el Sistema Inmunológico mediante la Nutrición
Tradicionalmente, el sistema inmunológico ha sido más evaluado por veterinarios de granja que por nutricionistas. Sin embargo, publicaciones recientes que identifican ingredientes dietarios que modulan el sistema inmunológico, han revelado nuevas perspectivas para estimular la generación de anticuerpos mediante estrategias nutricionales en madres gestantes y para acompañar también al programa de vacunación.
Diferentes estudios publicados sobre varias especies animales pusieron de relieve el interés de la suplementación de dosis bajas de Fitonutrientes para modular el sistema inmune animal. Entre los prometedores micro-ingredientes identificados, dos de ellos son de particular importancia y revelaron una sinergia cuando fueron utilizados en combinación. La primera, la curcumina (contenida en la oleorresina de la cúrcuma) se utiliza desde hace siglos en la medicina india y china. Ésta, mejora y acelera el reconocimiento de los antígenos por parte del portador y, por tanto, es responsable de la correcta producción de anticuerpos. Pero la Curcumina sufre naturalmente la falta de biodisponibilidad, parámetro que puede ser mejorado con éxito mediante la adición de un segundo ingrediente dietario: La Capsaicina. La Capsaicina, de buena calidad y en suficiente cantidad, puede ser proveída a los piensos gracias al uso de la Oleorresina del pimiento de guindilla. Además del potencial de este ingrediente para aumentar la disponibilidad de la Curcumina, es también conocido como potente antiinflamatorio. Sin embargo, debido a que es altamente irritante y difícil de manejar, debe ser microencapsulado con el primero en una matriz adecuada.
El interés en la incorporación de dicho aditivo compuesto por Cúrcuma y la Oleorresina del Pimiento de guindilla (XT - XTRACT Nature) en los piensos y por encima del programa de vacunación, se evaluó por primera vez por el USDA, Laboratorio de Enfermedades Parasitarias en Animales, en el 2011 (véase: Lee et al., 2011; Veterinary Parasitology). Los resultados en las aves de corral han demostrado el efecto potenciador de la cocci-vacunación y un aumento del grupo de anticuerpos producidos. Por encima del efecto local, los beneficios de este aditivo se convirtieron en sistémicos y dotaron de protección al animal frente a la coccidiosis (los parámetros fueron medidos en el bazo y en la sangre periférica). Estos resultados fueron la base para estudios posteriores. La aplicación y el desarrollo de dichas estrategias en otras especies animales, aparte de las aves de corral, se basaron en el uso de los conceptos básicos de la fisiología comparativa entre especies.
Se ha llevado a cabo un estudio de campo más reciente encaminado a extender este programa de investigación en cerdos y en comprobar si el aditivo dietario podría enriquecer los anticuerpos del suero en cerdas gestantes durante la vacunación y si estos anticuerpos podrían ser pasados a través del calostro y la leche, cuya finalidad, claro está, es causar un impacto en la inmunidad de los lechones y de su supervivencia en el destete. En este contexto, en España (Tamaporc, Aragón) se llevó a cabo un experimento en colaboración con Avena Nutrition, empresa española líder en nutrición animal. El experimento fue organizado en 3 fases consecutivas. El aditivo se incluyó en la 2ª fase (reuniendo a un total de 673 cerdas gestantes, divididas en 2 grupos) y fue suplementado en una dosis de 200g/t, además del programa de vacunación (Vacuna de Colibacilosis en el día 80) desde el día 80 de gestación, durante 30 días.
Los efectos positivos de la suplementación fueron observados inicialmente mediante el porcentaje de lechones nacidos vivos (+ 1,9%; valor P= 0,002), antes incluso de empezar a ingerir el calostro enriquecido de las cerdas. La calidad del calostro fue evaluada y los resultados mostraron un mayor contenido de proteínas totales, constituidas tanto del aumento de la albúmina y la suma de las concentraciones de globulina. (Consulte la tabla)
Los lechones de cerdas que fueron suplementadas recibieron un calostro de mejor calidad desde sus primeros días de vida y, en consecuencia, sufrieron una menor mortalidad durante el periodo de lactancia. Este efecto fue particularmente visible e interesante en cerdas en sus 2 primeras paridades.
Inmunidad y rendimiento: ¡El calostro en la encrucijada!
La inmunidad es, generalmente, evaluada por veterinarios y es un factor clave para la rentabilidad de los agricultores. Sin embargo, cuando las estrategias de aclimatación de cerdas han demostrado ya sus efectos beneficiosos sobre la producción de un mejor perfil de calostro para lechones, surge, recientemente, una nueva estrategia. Algunas opciones pueden ser ahora directamente gestionadas por nutricionistas y pueden acompañar la labor de los veterinarios. Estas consisten en suplementar bajas dosis de una combinación definida de fitonutrientes con el objetivo de impulsar los anticuerpos en la sangre de cerdas gestantes, que serán correctamente tranferidos al calostro. Los lechones recibirán un refuerzo inmunológico desde su primer día de vida, lo que les garantizará una transición tranquila hacia su siguiente fase productiva. ¡Esta estrategia ya ha demostrado sus efectos en varias especies animales!