Estimados colegas Sólo me permito adjuntar a este conjunto de comentarios y opiniones algunas consideraciones que espero sirvan para entender mejor la dinámica de un proceso que, a pesar de ser extremadamente complicado, en Neurocomputing vamos dominando cada día más. Un animal, como cualquier cuerpo físico puede establecer transferencia de energía con su entorno mediante tres mecanismos: conducción, radiación y convección. Hay autores que insisten en el hecho de que el intercambio energético por convección térmica es una forma particular de conducción térmica pero para mantener la clasificación más extendida, conservaremos los tres mecanismos e intentaremos aplicarlos al caso del cerdo estabulado en condiciones de cría intensiva. La conducción térmica se establece desde el momento en que el cerdo está en contacto con el aire que le rodea, intercambiando (cediendo o recibiendo) calor con el medio. Evidentemente el flujo de calor en una u otra dirección depende en priemra instancia de la diferencia de temperaturas entre el animal y el aire que le rodea. Por ello es tan importante y se controla la temperatura del aire.
Sin embargo, este proceso depende también (y mucho) de la humedad relativa, pues el contenido de agua en el aire circundante contribuye a modificar la conductividad térmica y la capacidad calorífica del mismo. A esto hay que agregar la concentración de gases residuales que también influye en estos parámetros, pero en menor medida. La conducción se da también cuando un animal contacta físicamente con otro animal o con un cuerpo sólido (paredes separadoras o suelo) de modo que en estos casos la densidad de cerdos en el corral y las caracteristicas del suelo y separadores son determinantes. Todos los cuerpos emiten radiación térmica en función de su temperatura, de modo que el aislamiento del espacio vital del ganado es importante para la estabilidad térmica del sistema cerdo-entorno. El cerdo irradia a su entorno como su entorno le irradia, de modo que la resultante será positiva o negativa (pérdida o ganancia energética) en función de las temperaturas de uno (cerdo) y otro (entorno). Resulta lógico, por ende, intentar mantener el entorno a una temperatura controlada (mediante el aislamiento) para que el cerdo no capte calor del entorno (en verano) y no pierda (en invierno). Cuando el aire que está en contacto con el animal se desplaza arrastrado por una corriente, le sustituye aire que (por lo general) está a una temperatura diferente de la temperatura del animal.
En esas condiciones se produce la transferencia de calor por convección, que dependerá de la velocidad a la que se repita este proceso o sea, de la velocidad media del aire en el interior de la edificación. En el caso de ventilación natural, la velocidad del aire interior, depende de la velocidad y dirección del viento en torno a la edificación y del grado de apertura de las ventanas (o entradas) de aire mientras que en el caso de ventilación forzada dicha velocidad viene determinada por el caudal de extracción de los ventiladores y del diseño de las entradas de aire.
Resumiendo, el proceso de transferencia térmica en el caso del ganado estabulado depende de los siguientes parámetros: (a) Temperatura del aire interior (b) Humedad relativa del aire interior (c) Densidad de animales por cuadra o corral (d) Estado fisiológico del ganado (edad y peso medio fundamentalmente) (e) Tipo de suelo (parcialmente enrejillado, completamente enrejillado, cama profunda, etc) (f) Material de los separadores de corrales (PVC, hormigón, metal, madera o combinaciones) (g) Grado de aislamiento de paredes y techo (o falso techo) (h) Temperatura exterior (i) Humedad relativa exterior (j) Velocidad y dirección del viento (ventilación natural) (k) Caudal de extracción (ventilación mecánica) Evidentemente no se tiene control sobre los factores meteorológicos externos de modo que a la lista se ha de añadir los siguientes factores: Diseño y eficiencia del sistema de ventilación(*) Diseño y eficiciencia del sistema de control (*) Estos últimos (*) son nuestro objeto de trabajo cotidiano. Suponiendo un diseño eficiente de las edificaciones (cosa que no siempre se da en España), asumiendo un correcto manejo del ganado y una adecuada alimentación, estos sistemas determinan los parámetros del aire que introducimos y por ende del ambiente del animal (entre estos la concentraciones de gases nocivos resultantes).
Las magnitudes ambientales, constructivas y de producción, antes mencionadas se relacionan a través de complicadas expresiones de correlación que suponen una elevada complejidad para un sistema de control eficiente y adaptable. Esto implica el empleo de una nueva estrategia de control y una nueva clase de reguladores, que dejen atrás el erróneo concepto de regulación a través de la temperatura. Para evitar el estrés ambiental del ganado es necesario una nueva generación de controladores y reguladores ambientales.
Felizmente en España (en Aragón) ya tenemos algunas unidades en funcionamiento. Saludos a todos Enrique