Bouza Green-Farming Technology (BGT)
14 de mayo de 2016
Saludos a todos los participantes de este foro.
El hombre ha intentado compensar el incremento de la entropía del suelo aumentando la cantidad de fertilizantes químicos aplicados. Esto constituye una solución engañosa en el corto plazo, pero en realidad esto solo posterga y empeora el problema que supuestamente pretende resolver.
En el suelo encontramos una de las la fuerzas más poderosa de la naturaleza, porque es donde la materia mineral se transforma en material biológico. Es una fuerza primaria de la naturaleza con capacidad para transformar el mundo.
El suelo es un sistema cuyos componentes son minerales y seres vivos, donde radica la clave que determina la capacidad del planeta para producir energía, alimentos y materias primas indispensables para sostener la vida.
Esto se produce mediante la transformación a temperatura y presión ambiente de la energía radiante del sol, de los minerales y del agua, en energía biológica. El hombre ha aprendido a apoderarse de la biomasa fotosintética que se deriva de dichos procesos, pero ha degradado el sistema biológico del suelo que es la base que lo sustenta.
Los sistemas biológicos del suelo y del mar están íntimamente conectados; y, a través de la fotosíntesis de las plantas, son los únicos que tienen la capacidad para transformar las ondas electromagnéticas provenientes del sol en energía biológica aprovechable.
Cuando dichos sistemas dejan de funcionar, el planeta se desconecta, se descarga y pierde su capacidad para transformar y almacenar la energía proveniente del sol, convirtiéndose en un lugar cada vez más pobre, debido al incremento de la entropía y a la perdida de la información genómica de la vida en el suelo. Es un fenómeno similar al que ocurre si desconectamos una planta generadora de electricidad, de la red de cables que distribuyen la energía eléctrica hacia las zonas de consumo.
La energía en el suelo se trasmite de una especie viva a otra, las cuales funcionan como cables y transformadores biológicos que garantizan el proceso de recarga energética del planeta; pero las tecnologías utilizadas por la agricultura convencional, están destruyendo la capacidad biológica del suelo, el cual se convierte progresivamente en un recipiente vacío y estéril que depende casi exclusivamente de los agro- tóxicos. Los suelos vacíos producen alimentos vacíos que se convierten en la causa oculta de muchas enfermedades.
La verdadera fertilidad potencial del suelo no radica en su contenido de elementos químicos, y mucho menos en la falacia de la cantidad de fertilizantes que se apliquen, sino en su capacidad entrópica para transformar la energía.
Cada año, a nivel mundial, se aplican decenas de millones de toneladas de fertilizantes a los suelos agrícolas con el propósito de incrementar su fertilidad. Sin embargo, cada día los suelos del mundo son más pobres y más dependientes de los químicos; y cada vez cuesta más producir menos. Hay que destacar que para fabricar cada tonelada de fertilizante nitrogenado, se consume más de una tonelada y media de petróleo equivalente.
Los suelos de La Amazonia, a pesar de ser considerados como de baja fertilidad, sostienen el paisaje verde más exuberante del planeta, y nunca han recibido ni un gramo de fertilizantes. Sin embargo, cuando dichos suelos son sometidos a las tecnologías de manejo agrícola convencionales, se degradan de forma acelerada y pierden su capacidad productiva.
Dicho en otras palabras, no es un problema de falta de productos químicos, es un problema de procesos de naturaleza biofísica y termodinámica, que se regeneran mediante el restablecimiento del balance energético y de la entropía en el suelo.
El proceso de nutrición de las plantas no es tan simple como la aplicación y absorción de nutrientes; es un intercambio dinámico de materia, energía e información genómica entre las plantas y todas las especies vivas que habitan en la biosfera.
El enorme crecimiento económico que hemos logrado hasta hoy, ha tenido lugar a expensas del agotamiento del petróleo y de otros combustibles fósiles no renovables, los cuales fueron formados por la naturaleza, a partir de procesos fotosintéticos y microbiológicos de plantas que vivieron hace millones de años.
A medida que se agotan los combustibles fósiles y otras materias primas que heredamos de la naturaleza, nos adentramos en una nueva Era, en la cual el crecimiento económico desconectado del suelo será cada vez menor, y dependerá más de lo que logremos producir en los campos de cultivo.
El crecimiento y el desarrollo económico sustentables del futuro no se pueden lograr con las soluciones y las materias primas del pasado.
Tenemos que pasar de un modelo de crecimiento económico basado en la transformación y el consumo de materias primas ya existentes; a un modelo de crecimiento económico basado en tecnologías de regeneración y transformación de nuevas materias primas, donde el suelo se convierta en el primer eslabón de las cadenas productivas y en la principal fuente de riquezas.
Desde el año 1934 Henry Ford pudo avizorar un futuro donde los combustibles y las materias primas indispensables para el desarrollo industrial, serian producidos en los campos agrícolas, y con proféticas y sabias palabras declaro lo siguiente:
“Preveo el momento en que la industria no talará más bosques que demoran generaciones para crecer, ni utilizará productos minerales formados durante Eras, sino que buscará su materia prima principalmente a partir de lo que los campos producen cada año. Estoy convencido de que seremos capaces de obtener de la agricultura la mayor parte de las materias básicas que hoy recibimos de los bosques y de las minas”. [Modern Mechanic (1934)].”
Después de 40 años de investigaciones, descubrí un método ecológico mediante el cual se reduce la entropía y se regeneran las riquezas de la tierra. El mismo se basa en la desconexión y reconexión de las capas del suelo.
Encontré un modo de lograrlo mediante la realización del corte del suelo en sentido transversal a la fuerza de gravedad y a la dirección predominante de los flujos de energía en la tierra.
Diseñé un conjunto de dispositivos aerodinámicos para implementar y estructurar de la manera más eficiente, un sistema entrópico de tecnologías agrícolas sustentables, todo lo cual es el objetivo de la presente invención.
El grave inconveniente de las tecnologías convencionales.
El método BGT permite superar progresivamente el grave inconveniente de las tecnologías convencionales, las cuales dependen del uso creciente de productos químicos para la producción de alimentos, biocombustibles y otros bienes indispensables para la sociedad moderna. A través de su implementación y de la comprensión de los principios biológicos, cuánticos y termodinámicos que lo sustentan, se producirá un cambio tecnológico sin precedentes en la producción agrícola mundial.
Este sistema tecnológico contribuye a resolver progresivamente la histórica contradicción entre la alta productividad agrícola y el cuidado ambiental, convirtiendo a la naturaleza en el factor principal de la ecuación productiva. Esto permitirá liberar gradualmente a la humanidad de la creciente dependencia de los agro-tóxicos y del petróleo.
Heriberto Bouza Gonzalez
Fundamento Científico escrito por: Heriberto Bouza González. Creador de BGT Entropic Farming Systems, LLC.
Miami.FL