La calidad de la carne en la industria porcina está influenciada por numerosos factores, y para garantizar un producto óptimo, es esencial que cada eslabón de la cadena esté articulado e integrado de manera efectiva. La coordinación entre los productores, los procesadores y los distribuidores es fundamental para asegurar que desde la cría hasta la distribución al mercado, se mantenga un estándar de calidad constante. Un manejo inadecuado de los cerdos en cualquier etapa de la cadena puede dar lugar a pérdidas significativas, tanto en términos de calidad de la carne como de recursos. Por lo tanto, la colaboración y la comunicación efectiva entre todos los actores de la industria son vitales para garantizar que el resultado final sea óptimo y que se eviten ineficiencias que podrían afectar la calidad del producto y la sostenibilidad de la cadena productiva.